
A quién no le gusta escuchar sus melodías favoritas dándole uso a los audífonos mientras viajamos en el bus, o haciendo vibrar con nuestra música favorita las paredes de nuestra habitación.
Sí, la música produce placer, euforia, bienestar, tranquilidad. Todos estos factores, ligados a un componente que se libera en nuestro torrente sanguíneo mientras la escuchamos, la dopamina.
Esta sustancia, es la misma causa por la que la gente se siente atraída por las drogas, sexo o la comida, dando por conclusión que la música también es adictiva, hablando literalmente.
Así que, ahora ya tenemos el justificativo ideal para llevar a todo lado y en todo momento nuestros valiosos audífonos...
Vía cookingideas
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