"Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras."
William Shakespeare. Dramaturgo inglés.
Últimamente surge varias veces la conversación sobre “ser sincero” y “decir las cosas como son”, y parece importante detallar los no tan sutiles matices entre esas apreciaciones.
Probablemente estarás más que de acuerdo en ser sincero, aunque en ocasiones se confunda la sinceridad con la crueldad o al menos, la falta de reflexión e intención de ser constructivo.
La primera pregunta que se viene a la mente es: cuando queremos ser sincero con alguien y decirle algo con sinceridad, ¿cuál es el propósito de hacerlo?
Si es para ayudarle o hacerle ver algo que consideramos que es mejor para él, no es mejor tomarnos el tiempo para encontrar la forma mejor de expresárselo para que el mensaje llegue claro y esa persona lo tome en cuenta y le haga pararse a pensar, en lugar por contra, de decírselo de forma que puede ofenderle y en consecuencia rechace (por motivos emocionales más que de otro tipo) nuestro comentario, no logrando así nuestro propósito.
Además, aquí aún ni siquiera nos hemos cuestionado el hecho claro de que podríamos estar equivocados al hacer nuestra apreciación, por lo que habría que sumar un daño emocional innecesario.
Un emprendedor guerrillero siempre busca la forma de aportar de forma constructiva a los demás, a través de su comunicación, sea esta escrita o hablada. Y siempre tiene en cuenta que podría estar equivocado, por lo que esta atento a aprender y en tal caso rectificar.
Vía Desdelatrinchera
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